"Ningún jugador es tan bueno como todos juntos".
Alfredo Di Stefano.


"Jugar al fútbol es muy fácil, pero jugar fácil al fútbol es lo más dificil que hay".
Johan Cruyff



16 de febrero de 2023

La crónica: "Empate y gracias"

 De nuevo partido muy complicado el que tuvo que disputar el Osaka el domingo pasado.

El equipo se presentaba con ausencias por diversas circunstancias, pero encima, durante la disputa del mismo,Pedro tuvo que retirarse por lesión, con lo que el equipo estaba bastante corto de efectivos para afrontar un partido con ritmo y velocidad.

El Osaka no encuentra el tono ni la forma en las últimas jornadas, le falta siempre algo para sacar los partidos adelante, sabemos que en este deporte se deciden los partidos por detalles y precisamente esos detalles son los que se fallan de forma clara.

El partido comenzó con el Osaka intentando tener la pelota, el rival presionaba, pero en cuanto se rompía la línea con una simple pared, los huecos aparecían y se conseguía hacer peligro a la portería rival.

Pero el Osaka iba perdiendo fuerza como una rueda pinchada levemente.

Su intensidad iba bajando poco a poco y sobre todo se notaba en defensa, el rival jugaba muy cómodo con tiempo para pensar con el balón en los pies y de esa forma consiguió acercarse en varias ocasiones a la portería de Félix hasta conseguir anotar gol y adelantarse en el marcador.

Tocaba remontar y no pintaba bien porque el equipo manifestaba ciertas dolencias, pero a base de tocar  y mover la pelota en buenas combinaciones, se lograba descolocar al rival, en seguida se plasmó en el marcador el empate con un tiro cruzado de Raúl, hubo algunos acercamientos más pero no se materializaron en gol, así llegó el descanso.

Tras la pausa, el Osaka planteó una defensa un poquito más retrasada para intentar contragolpear pues ellos se volcaban al ataque.

Sí que se les podía pillar descolocados, de hecho así se consiguió adelantar en el marcador el equipo osakista en una buena conducción de José Mari que amagando sacó un tiro por bajo para colocar el 2-1.

Cuando parecía que todo empezaba a funcionar, llegó la pájara y en un visto y no visto se encajaron dos goles por falta de atención y por falta de ganas.

El problema es que ya no quedaba a penas tiempo, parecía increíble pero otra vez perdiendo a falta de nada.

Sin embargo, en uno de los últimos arreones osakista, Raúl encaró a su oponente al que rebasó para plantarse al borde del área y batir por bajo al meta rival.

Menos mal porque a falta de un minuto conseguimos arañar el empate. No hubo tiempo para más.



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