Partido competido e igualado el celebrado el domingo pasado, correspondiente a la jornada 7 aplazada por lluvia.
De hecho, la novedad es que el partido se jugaba en el pabellón cubierto, una pista mucho más grande y de material sintético que es muy diferente a la pista en la que juega habitualmente.
El rival, Paisanos MN, bien clasificado prometía ser un rival difícil y así fue. El partido se movió todo el rato en un marcador corto que producía una pugna importante en los dos equipos.
El encuentro comenzó con los dos rivales adaptándose al tamaño de la cancha, para coger referencias y controlar las distancias. Eso producía ciertos espacios, sobre todo a las espaldas, acostumbrados a unas dimensiones de pista bastante menores.
El Osaka buscaba tener la pelota para ir construyendo juego al avanzar, pero le costaba llegar a la portería rival que parecía estar muy lejos.
El rival, con sus jugadores bastante veloces, se multiplicaba en defensa para destruir el juego osakista.
Aunque su velocidad no era igual a la hora de tener el balón, los jugadores osakeños eran más lentos y procuraban no perder el sitio y la colocación sobre todo en defensa.
El marcador seguía cero a cero hasta que Gerardo. con su facilidad para desequilibrar, se fue de su defensor, entró en el área y ante la salida del portero, le hizo una pisada hacía su izquierda y cruzó un pase a la red.
Importante fue ponerse por delante en el marcador, pero la lucha de los dos equipos seguía, ellos, para mantener la intensidad, hacían los cambios a la "rusa", o sea, los cuatro jugadores a la vez. Así se llegó al descanso.
Durante el descanso se resaltaron un par de aspectos a mejorar. Por un lado, tener más intensidad en defensa, sobre todo, que los balones divididos había que pelearlos y, por otro lado, con la pelota en posesión, moverla rápido para encontrar el espacio que ellos dejaban despejado al lado contrario.
Ya sabemos que muchas veces no es fácil poner la teoría en práctica, pero si es cierto que la lecturas de los partidos de un equipo tan veterano como el nuestro ayuda mucho a contrarrestar las fortalezas del rival.
En la segunda mitad, el contrario salió presionando muy arriba, ahogando de nuevo la salida desde atrás del Osaka. Cualquier error o pérdida en esas zonas se traduce en gol en contra fácilmente.
Pero todas las estrategias se fueron desvaneciendo por el desgaste físico que empezó a notarse en todos los jugadores, aunque, principalmente, lo que hizo acelerar todo, fueron el segundo y tercer gol osakeños. En los dos volvió a ser determinante Gerardo, en el primero forzó que un defensor anotara en propia en meta y pocos minutos después cedió un balón a Jeffer para que anotara de cerca. Ellos, entre medias, habían conseguido su primer gol.
A partir de ese momento, el partido se abrió y el Osaka empezó a sacrificarse en defensa. Los minutos corrían mucho para el que perdía e iban muy despacio para los que iban ganando.
Ellos pidieron un tiempo muerto para preparar el portero jugador. Ahora tocaba aguantar a tope y aunque consiguieron anotar su segundo gol no quedaba mucho tiempo y había que aguantar esa mínima renta a favor que los osakeños tenían en el marcador.
Fueron minutos de incertidumbre resuelta finalmente con el pitido final del árbitro. Victoria por 3-2.


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