No se acabarían los adjetivos para definir como fue el partido del domingo pasado, sobre todo la segunda mitad.
Pero vayamos al principio, el partido se presentaba complicado, encima se celebraba a una hora mala (14:30 h) que los equipos, sin conseguirlo, intentaron cambiar. El rival era Palacios el líder del grupo con muy buena proyección.
El Osaka salió planteando una defensa en media cancha, poco presionante buscando aglutinar jugadores para cerrar los espacios.
Sobre el papel buen planteamiento aunque tan atrás el riesgo de recibir tiros lejanos aumentaba exponencialmente y más teniendo enfrente jugadores buenos como los del Palacios.
Hay que decir que ellos presentaban buen plantel aunque sin portero.
Aún así sabíamos que ellos tendrían el balón mucho tiempo, tienen un juego combinativo ágil y mordaz.
Y como era de esperar al echarnos atrás primer tiro y primer gol, demasiado fácil.
Parecía que se ponía cuesta arriba muy pronto, pero que va.
Unos ataques rápidos en salida del conjunto osakeño para sacudirse el dominio y "voila", empate de Gerardo con tiro a medía altura y de Issam en una contra bien llevada.
Esto hizo incrementar el dominio del rival, incluso empezó el portero jugador a aparecer.
Pero chocaban con la defensa osakeña que seguía aprovechando los contragolpes, en uno de ellos David se deshizo del portero y anotó el tercero.
Y todavía dio tiempo antes del descanso a que Gerardo interceptara un pase y anotara el cuarto tirando desde lejos a portería vacía.
Pudo caer alguno más pero el árbitro pitó el descanso. La verdad es que el resultado era sorprendente.
Apenas algún comentario para dar salida de balón pero una frase si se repitió en las consignas del descanso: El partido no está acabado ni sentenciado (fue repetida varias veces).
Pues como si de otro día y otro partido se tratara, así comenzó la segunda mitad.
Y el primer dato es que el partido solo se jugó en la mitad de la pista, la otra mitad no existió.
El dominio de Palacios empezó siendo abrumador y terminó siendo arrasador.
Dando una lección de seguridad y querer remontar, jugando permanentemente con su portería vacía y por tanto con superioridad numérica en ataque, fueron arrinconando al equipo osakeño que se fue haciendo cada vez más chiquitito, empezó a encajar goles y nada ni nadie supo ni pudo frenar el vendaval de juego.
Trabajada y brillantemente el Palacios le metió al Osaka 9 goles! en 20 minutos, aplastando cualquier atisbo de oposición y sin excusa posible.
Poco más que comentar derrota sin paliativos.
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