Otro revés recibió el equipo osakista el domingo pasado en partido contra el equipo Los Sedientos.
El encuentro empezó muy igualado, el rival con jugadores jóvenes y veloces fue poco a poco avanzando su línea de presión hasta convertirse en una presión a toda cancha, eso produjo muchas dificultades para que los osakeños pudiesen construir juego.
Muy difícil para sacar el balón jugado, además el Osaka con imprecisiones por la presión, perdía el balón muy cerca de su portería, así que el peligro en la portería de Sergio era constante.
En una de estas pérdidas una pared rápida y el rival se puso por delante 1-0.
El partido continuó en esta primera mitad de la misma forma, el Osaka intentando sacar el balón jugado, pero incapaz de dar más de tres pases, atasco en el juego osakeño y descanso.
En la segunda parte el Osaka cogió nuevos bríos para intentar cambiar la dinámica de juego y el signo del partido, lo intentó de todas las formas, por activa y por pasiva de una forma y de otra. Pero no era el día, muy fallones en los pases y sin ideas enseguida el equipo perdió la confianza y de seguido se encajó el segundo gol en contra.
El mister entonces con bastantes minutos por delante decidió sacar el portero jugador buscando, tal vez, una reacción, romper la dinámica, algún revulsivo.
Pero la intención no dio sus frutos. Si es cierto que el equipo quemó todas las naves y rompió el orden, como se dice coloquialmente: de perdidos al río.
Y lo que ocurrió es que el desorden creó espacios y por consiguiente goles, goles en ambos equipos.
Que fueron engordando los marcadores, pero sin trascendencia puesto que cada vez que el Osaka conseguí un gol, el rival anotaba a continuación, poniéndose cada vez más complicada la posible remontada con el tiempo que quedaba.
El marcador se maquilló de aquí al final, el equipo osakeño anotó 4 goles, Javi, Alfredo, Santi y Darío pero rival marcó 6.
No hay más historia, hay que levantar la cabeza y seguir adelante.
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