El domingo pudimos ver a un Osaka con una convocatoria amplia concretamente 10 jugadores de campo, pero eso que a veces puede ser un problema en esta ocasión fue ventajoso porque permitió al Osaka un abanico de posibilidades y variantes en el juego tanto en el plano combinativo como en la parcela individual de los jugadores.
Pero empezemos por el principio, el partido enfrentaba al segundo contra el tercero, o sea a priori igualdad, el rival bastante motivado nos estudiaba de arriba abajo durante el calentamiento.
Los osakistas salieron con hambre de gol y rápidamente abrieron el marcador, el rival aunque contra golpeaba con peligro, perdía todo en defensa.
Los osakistas en combinaciones y desmarques generaban mucho peligro, probablemente su portero fue el mejor del equipo, veloz y nada indeciso.
Pero repetimos, con el "fondo de armario" que presentó el Osaka había trajes para cualquiera. La ventaja en el marcador hizo que los osakeños sestearan un poco en los minutos previos al descanso, ellos entonces vieron que podían y encadenaron varias ocasiones claras que no fructificaron, Sergio llegó a parar un penalty, por lo que al descanso el Osaka ganaba 4-2.
No había que dormirse en los laureles, fundamental que la ventaja en el marcador no se acortara.
Todas las dudas del primer tiempo quedaron olvidadas, los osakistas empezaron metiendo más intensidad al juego tanto defensivo como ofensivo, moviendo la pelota muy rápido y casi al primer toque, llegando en inmumerables ocasiones y plasmándolo en el marcador, las rotaciones no hacían sino acrecentar esas cuestiones, el rival tuvo que darse por vencido, marcador concluyente 8-3.
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