El partido se celebró en "cancha" semi cubierta con el piso algo deslizante.
Los primeros minutos se adivinaban igulados, pero en cuanto los jugadores empezaron a sudar, los errores empezaron a aparecer y en esa situación La Naranja Mecánica en velocidad creó peligro y varios goles.
Sólo la veteranía osakeña siguió empujando el resultado para que el partido fuera competitivo, pero los jugadores anaranjados siempre fueron por delante en el marcador.
En la segunda mitad el calor y el desgaste fueron haciendo mella en los equipos, la diferencia era que el Osaka tenía la obligación moral de atacar y arriesgar más, lo intentó con todo lo que tenía pero eran pocas las fuerzas y también las ideas.
Este equipo nos tiene tomada la medida.
Cuando queraís jugamos de nuevo.
Saludos y buen verano.
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