
CRÓNICA DE UNA VICTORIA ANUNCIADA
Por José Mari Sánchez
Nadie pensaba que íbamos a llegar. Nadie sabía lo que se avecinaba en las treinta y tantas horas que pasaron desde que empezó el sábado hasta que acabó el domingo. Pero, a medida que pasaban los partidos, por la mente de cada uno de nosotros se iban construyendo los cimientos de una utópica idea: “Podemos conseguirlo”. Todo pasó gracias a una gran humildad, ilusión y muchas ganas. Pero además también hubo anécdotas. Así ocurrió.
Los días previos al maratón me decían que se había formado un gran equipo, que había una buena base, que había un gran banquillo, y sobre todo que había un gran premio.
Llegó el día esperado y empezó el torneo. Cuando yo llegué ya había empezado el primer partido de la liguilla previa que teníamos que pasar. Hacía un calor espantoso y nadie esperaba que el tiempo cambiara como después ocurrió. El partido quedó resuelto prácticamente en la primera parte con Santi en estrella y mirando de reojo el trofeo al máximo goleador. Al final, el equipo contrario se convirtió en un equipo de balonmano y el árbitro se lió a sacar tarjetas casi con resignación. Paco animaba.
Llegó el segundo partido y quizá el más delicado. Fuimos por debajo del marcador durante mucho tiempo y la cosa no estaba nada clara. Perdíamos 2-1 y marqué. La cosa se igualaba y el equipo contrario comenzaba a cabrearse por temas extra-deportivos. Achacaban al árbitro que nuestro banquillo le estaba comiendo el coco, que le estábamos presionando y la verdad es que Paco comenzaba a hacer una táctica de desgaste que pronto hizo mella en un árbitro con muy poca personalidad. Faltaba poco para acabar cuando llegó el punto feo del partido. Pitaron una mano a nuestro favor muy cerca del área y la falta era sin barrera. Un “greñas asqueroso” y “gordo” (según Alfredo) le metió dos guantazos al árbitro y éste le sacó roja directa. Se formó una pequeña tangana y a Alfredo se le empezaba a hinchar la vena gorda y a ponérsele la cara colorada. Sólo teníamos un portero y todos le decíamos que se callara. Metí la falta y apenas quedaban cuatro minutos para acabar un partido en el que ellos ya solo tenían 3 jugadores de campo. Julián tuvo un roce con uno de ellos y según regresaba a nuestro campo le iba diciendo: “ni me toques” “ni me toques”. El otro se quedó más suave. Al final ganamos el partido pero por desgracia a Paco le sacaron la azul y a nuestra afición las llamaron “mamonas” (creo que Maribel le quería dar una patada en los huevos al que le había dicho eso, pero Pedro la dijo que los únicos huevos que tocaría serían los de él). Paco seguía animando.
Todos nos despedimos hasta el día siguiente con la esperanza puesta en la final y sin saber lo que la lluvia iba a hacer con el coche del televisivo Julián.
Quedamos concentrados en el hotel EL GIRASOL y allí se desayunó en compañía de otro equipo que luego serían nuestras víctimas. Salimos para Orcasitas y al ir para allá todos pensábamos que iba a haber un poco de retraso .... pero no tanto ¡joder!. Nos tocaba jugar a las 9 y no lo hicimos hasta las 12.
Mientras tanto Julián llegó diciendo que su coche se había convertido en un submarino último modelo y que lo había dejado aparcado debajo de un puente y se había venido nadando.
Comenzó el partido y sin duda en él hubo 2 nombres propios: Emilio y Alfredito. El primero metiendo goles y el segundo era el rey de las cachitas. Los había de todos los colores y las había de todas las clases. El encuentro se ganó con “relativa” facilidad, ya que el resultado final fue 7-5. Paco se hartaba de animar.
Y llegó el partido cumbre, el más complicado. El COMANDO ENTREVÍAS salía dispuesto a barrernos y algo confiados. Se pusieron rápidamente con un 2-0 y todos pensábamos que nuestra andadura había terminado, pero otros 2 nombres propios destacaron: Laudrup y Camacho. También Santi apuntilló. Se remontó hasta llegar a ganar por 5-3. Al acabar el partido todos explotábamos, ya que estábamos como mínimo en el 4º puesto y ahí ya había trofeo y algunas pelillas. Sobre todo se había ganado a un gran equipo, y a la vez en la otra cancha perdía LA ESQUINA. Nos fuimos todos al vestuario a tumbarnos y allí todos, y sobre todo Paco, flipábamos. Alfredo contó que cuando acabó el partido contra el COMANDO ENTREVÍAS uno de ellos (Juan Pedro) decía: “pero como nos ha podido ganar este equipo” y a la vez nos iba dando la enhorabuena a todos. También en el vestuario llegó LA ESQUINA muy cabreada con uno de los árbitros. Mientras Robert, muleta en mano, salía detrás de uno que decía que le iba a rajar.
A todo esto, el tiempo había acompañado, ya que no había hecho excesivo calor.
Comenzábamos el siguiente partido, la semifinal. Pascual salió de principio, puesto que no había tenido muchas oportunidades todavía, y lo hizo perfecto. Paco acababa su suspensión. Felix controlaba todos los cambios.
Sin duda este partido tuvo otros cuantos nombres propios: Pedro, Julián, Camacho, Laudrup, y sobre todo, Alfredo. Paró todo, absolutamente todo, hasta lo imparable. Jugamos muy serios y ganamos. Paco ya se subía por las paredes. Era increíble, estábamos en la final.
Nos fuimos todos inmediatamente a un bar a comer algo (sobre todo Camacho, Alfredito y Laudrup). Alfredo nos enseñó una ampolla que tenía en el pié; yo quería arrancársela pero Ana me decía que no lo hiciera porque se le pondría peor. A todo esto, Camacho se sentía “pletórico”.
Fuimos al vestuario y nos tumbamos un poco hasta el comienzo de la final. Llegaba el gran momento. Ruling había dejado su sello en la pizarra del vestuario en el partido anterior, y parecía que estaba dando suerte.
Dejamos todas las bolsas en el coche de Pascual y entramos al campo a hacernos unas fotos. También nos hicimos una con la afición, nuestra afición.
Comenzó la final, ya las piernas pesaban, y el juego era bastante lento. Empezamos perdiendo pero pronto empatamos y poco después ya estábamos por encima en el marcador. En cada gol que marcábamos el banquillo saltaba y un tío en la banda nos amenazaba con amonestaciones. Pasaba el tiempo y Paco no paraba de animar y de meter presión al que llevaba el tiempo; repetía una y otra vez: “¿dos minutos?, pero si hace tiempo que me habías dicho lo mismo”. Pitó el final del partido y todo eran abrazos y cantos de CAMPEONES, CAMPEONES. Fuimos todos a aplaudir a nuestra incansable afición.
De ahí nos trasladamos a la entrega de trofeos. Sacaron bebida y comida y al final los trofeos.
Mientras Raúl, Yoli, y algunos más iban coreando el nombre de todos los jugadores del equipo, y Santi apuntillaba: “chulo, chulo”. Todos queríamos que el trofeo al mejor portero fuera para Alfredo y para Santi el del máximo goleador. Pero no pudo ser. Nos anunciaron y Pedro elevó el trofeo por encima de su cabeza y dijo algo así: “Esto no se hubiese conseguido si no hubiese sido porque tengo unos colegas cojonudos”. Nos dieron también el cheque con las 100.000 pesetas y posteriormente se las entregamos a Julián. Habíamos decidido todos dárselo por la inundación de su coche, y todo sea dicho, porque en TELEMADRID habló tan bien que creo que ya ha recibido varias ofertas (todo esto con la inestimable ayuda de Ruling haciendo carantoñas detrás de Julián; menos mal que la cámara no lo cogió).
Al final fuimos todos al METRO CÚBICO a celebrarlo, aunque Emilo previamente había propuesto ir a LA ESQUINA. Pasamos la copa llena de cerveza y bebimos. Era ya muy tarde, así que nos despedimos con un buen sabor de boca hasta quien sabe cuando. Supongo que hasta un próximo maratón.
Espero no haberme olvidado de nadie, y a la vez espero que esto sirva como recuerdo.
Dedicado a: ALFREDO/PEDRO/PACO/PASCUAL/CAMACHO/SANTI/RAÚL/LAUDRUP/ALFREDITO/EMILIO/JULIÁN/FELIX/JOSÉ MARI
También a: MARIBEL/ROSA/SUSANA/ALICIA/ANA/YOLI/BELÉN/NOVIO DE LA HERMANA DE PEDRO/NOVIA DE JULIÁN/JUAN/ALBERTO y demás afición.
1 comentario:
joer SANTI que memoria tienes. peazo articulo te has montado. sigue asi que progresas adecuadamente jejejejeje.
gracias por la dedicatoria.
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